100 LADRIDOS, 100 RAZONES

Publicado en Pelo Pico Pata nº 89 - Marzo 2013

Todos los perros ladran y aunque algunos lo hacen con más asiduidad que otros, casi siempre el ladrido de un perro se convierte en una molestia para la convivencia diaria. Y una de las razones principales es que muchas veces no comprendemos la causa y el significado del ladrido. Pero siempre nos quieren decir algo.

Los lobos, antepasados de todos los perros, apenas ladran. Sólo recurren al ladrido para señalar un peligro y llamar la atención a los otros miembros de la manada. Casi siempre es un ladrido sencillo, corto y único, y provoca que los cachorros corran a refugiarse y los adultos se reúnan para investigar la procedencia del desorden.

Y aunque parezca irónico, uno de los argumentos para la domesticación del perro era que los perros ladradores podían ser muy útiles: advertían de la presencia de extraños y de presas de caza y alejaba a los intrusos. De hecho, los ladridos eran tan importantes que las personas empezaron a seleccionar genéticamente los canes más ladradores. Además, gracias a la domesticación, todos los perros mantienen una conducta infantil con respecto a su antepasado el lobo, y esto ha hecho que ladren más. 

¿TIENE EL LADRIDO ALGÚN SIGNIFICADO?

Ladrar es una de las maneras que tienen los perros de expresar un amplio repertorio de emociones. Y seguramente es la que mejor podemos entender, ya que si nosotros nos comunicamos con el lenguaje sonoro, nuestras mascotas han aprendido que para comunicarse con nosotros, expresar sonidos como ladridos, gruñidos o gemidos es lo más adecuado.

Los perros ladran principalmente para invitar a jugar, para avisar, y para llamar la atención. Pero existen muchas otras razones. El ladrido del perro, además de servir como una forma de comunicar, es sobre todo la expresión de una emoción, similar al grito de una persona, y puede tener un significado diferente dependiendo del contexto.

Al contrario de lo que piensa mucha gente, los ladridos nos son palabras en idioma perruno. Cuando asociamos a los perros características humanas, a veces pensamos que los ladridos de nuestra mascota significan frases completas como “¡Que viene alguien!” “¡Peligro, un extraño se acerca!” “¡No me dejéis solo, por favor!”, etc.

No es así. Es cierto que los perros cuando ladran quieren transmitirnos algo, pero los ladridos no conllevan ningún significado específico. La única traducción que podría asemejarse a un ladrido serían las expresiones: “¡Eh!” “¡Oh!” y “¡Ah!

Dependiendo del contexto en que el animal ladre y sin olvidarnos de las otras señales visuales como las expresiones faciales y corporales, podemos adivinar cual es la intención del ladrido de nuestro perro.

LADRIDOS DISTINTOS PARA CAUSAS DISTINTAS

El ladrido territorial o de guarda
Todos los perros son territoriales y ladran para defender su territorio de intrusos, sean perros o personas, por lo tanto, es bastante normal que un perro ladre más cuando se encuentra en casa que cuando está lejos de ella. El ladrido territorial siempre es un ladrido fuerte, continuo y repetitivo. Puede comenzar en un tono agudo que se va convirtiendo en más grave según se acerque el extraño, mostrando a la vez signos de conducta agresiva. Esta conducta es muy frecuente en los perros que pasan gran parte del tiempo detrás de una valla o una verja, ya que creen que al ladrar, asustan a los posibles intrusos, que en la mayoría de los casos sólo son personas o perros que pasan por delante y se alejan, continuando su camino.

El ladrido de aviso
Los perros también utilizan los ladridos como una alerta. El ladrido de aviso es un ladrido grave y espaciado y el perro lo utiliza cuando detecta algo y no está seguro de cómo reaccionar. Es una manera para informar a quien ronde por la zona que ha sido descubierto y de anunciar su propia presencia sin comprometerse. Los ladridos de guarda siempre van dirigidos a dos receptores diferentes: al intruso, y a su manada (los dueños en el perro), para avisarles.

Ladrido de aislamiento
Cuando un perro se queda solo y sufre ansiedad por la separación de sus dueños, ladra de manera nerviosa, casi compulsiva y a un volumen alto. A veces, el ladrido se convierte en una especie de aullido y frecuentemente se van intercalando gemidos. Es un ladrido muy lastimero y por lo tanto muy fácil de conocer su significado.

Ladrido de frustración
El ladrido que el perro emite cuando está frustrado no hay que confundirlo con el de aislamiento, aunque en los dos casos existe frustración. Es un ladrido muy parecido al de aviso, pero más agudo y no muy repetitivo. El perro puede ladrar por frustración en muchas circunstancias; por ejemplo: si mantenemos una pelota que le guste mucho en la mano sin tirársela, o no le damos algo de sabrosa comida que solemos darle, o lo dejamos encerrado en un lugar donde puede vernos pero no le dejamos entrar. En todos estos casos, el perro acabará ladrando por frustración.

Ladrido de aburrimiento y ladrido neurótico
Es un ladrido caracterizado por una forma de ladrar rítmica, constante y siempre en el mismo tono. Este tipo de ladrido se suele dar en perros faltos de estímulos mentales, poco socializados y que no cubren sus necesidades diarias de hacer ejercicio. Es típico de perros que pasan mucho tiempo encerrados y solos, o incluso atados en el jardín.

Ladrido por miedo
Un perro con miedo puede emitir un ladrido corto y muy agudo a la vez que se retira hacia atrás. Es un ladrido potencialmente peligroso pues tiene connotaciones amenazantes y agresivas . El perro lo emite con la intención de que lo que le representa una amenaza se aleje de él.

Ladrido para jugar
Los ladridos de juego son de alta frecuencia. El perro invita al juego ladrando de forma repetitiva y aguda, casi siempre con la ayuda de la típica posición corporal de invitación al juego: patas delanteras estiradas, manteniendo levantados sus cuartos traseros. La diferencia con el ladrido de aislamiento es que es un sonido más alegre y excitado y siempre va dirigido a otro perro o persona.

Ladrido para llamar la atención
Es el tipo de ladrido más frecuente y, muchas veces es inconscientemente reforzado por el propietario. Es el modo que tiene el perro de decirnos que quiere conseguir algo y que lo quiere ya, con prontitud. Por ejemplo: que le abran la puerta para entrar o salir de algún sitio, conseguir un juguete, comer, etc. Suele ser un ladrido agudo, muy repetitivo e insistente. Su intención es sobre todo que le hagamos caso y como muchas veces nos llega a desesperar, consigue su propósito. Es así como se convierte en un comportamiento aprendido y reforzado por un “adiestramiento inconsciente”. Es muy habitual que esta conducta se haga cada vez más frecuente e intensa.

Ladrido contagioso
Todos los perros ladran cuando oyen a otros perros ladrar. El ladrido es contagioso y una de las consecuencias del “adiestramiento inconsciente” para que el perro ladre es que a veces provocamos también de manera no intencionada que nuestro perro ladre más, a más volumen y con más intensidad. Esto ocurre cuando, ya hartos del ladrido del perro para llamar la atención, alzamos la voz con expresiones como “¡Calla!”, “¡Silencio!”, “¡Basta!”, etc. Para el perro, esos gritos son como ladridos, y se suma a ellos en una especie de excitada competencia por saber quien ladra más fuerte.

“PERRO QUE LADRA NO MUERDE”

Generalmente se piensa que el ladrido representa una amenaza, y mucha gente tiene miedo a los perros que ladran. Pero si hay un perro que tiene la posibilidad de atacarnos y sigue ladrando mientras se nos acerca significa que no quiere acometer, sino que sólo intenta que nos alejemos de él.

Si es verdad que el ladrido puede ser un gesto agresivo y desafiante -sobre todo el ladrido territorial- pero no siempre es así. Cuando un perro muestra agresividad la muestra con otras actitudes, como puede ser una posición corporal ofensiva, y, sobre todo, casi siempre va precedido de un gruñido.

De todos modos, hay que tener cuidado con un perro que ladra y no tiene la posibilidad de huir. Todos los perros, cuando se ven en un conflicto, sólo ven dos posibilidades: huir o atacar. Un perro que está atado y ladra puede estar estresado y al no poder huir puede llegar a agredir.

PERROS LADRADORES, PERROS SILENCIOSOS

Hay algunas razas de perros más propensas a los ladridos que otras, y esto es debido a la selección genética que el hombre ha efectuado en ellas.

Las razas más ladradoras son los perros que habitualmente se utilizaban como perros de jauría en la caza (basset, beagle, bloodhound). En algunos sabuesos para rastro se seleccionaban perros que rastrearan en silencio y empezaran a ladrar cuando se encontraran cerca de la presa.  Además, en estos perros se premiaba sobre todo un ladrido muy sonoro e intenso para poderlo captar a largas distancias.

Los terriers y otros perros utilizados para la caza de alimañas, también han sido seleccionados por su ladrido. En razas como el fox terrier, el Jack Russell y el teckel por ejemplo, la más pequeña excitación les provoca un ladrido que durante la caza servía para que el cazador supiese donde cavar para encontrar la posible presa bajo tierra.

Entre las razas más silenciosas están los perros más primitivos, como el husky siberiano, el chow chow, el alaskan malamute o el akita. Es muy probable que la causa de que estos perros no ladren con asiduidad sea por su mayor cercanía al lobo. No es ninguna coincidencia que estos perros no estén entre los más utilizados para la guarda y vigilancia.

CUANDO PERRO VIEJO LADRA, DA CONSEJO

En algunos casos, perros de edad avanzada comienzan a ladrar más frecuentemente sin causa aparente. Es muy probable que estos animales, al tener disminuida su visión o su audición, se sientan más inseguros y se vean sorprendidos por personas y otros perros que no reconocen con la misma facilidad que antes. En estos casos es normal que su reacción pueda incluir unos ladridos para comprobar si es contestado y así sentirse más seguro. Además, muchas veces, los perros ladran porque se dan cuenta de cosas que nosotros pasamos por alto. Debemos tener en cuenta que su olfato y su oído están mucho más desarrollado que el nuestro y puede que oigan y huelan cosas que nosotros no podemos percibir.

El ladrido de un perro no es un defecto. Es una forma de expresión que debemos aprender a interpretar y actuar en consecuencia. Escuchar a nuestro perro hará que lo comprendamos mejor, porque el perro siempre tiene algo que decir.

Educación y adiestramiento canino JR Batallé