A lo largo de su vida, Elizabeth Taylor tuvo muchos perros y de muy diferentes razas, y casi siempre convivía con dos o tres. Algunas de las historias más curiosas en relación con sus mascotas ocurrieron cuando la actriz estaba casada con Richard Burton:
En una ocasión en que las dos estrellas tuvieron que rodar en Inglaterra, tuvieron un problema con las leyes de aquel país, pues Inglaterra exigía un periodo de cuarentena de seis meses paracualquier perro introducido en el país. Como la actriz nunca se separaba de sus perros, ella y su marido tuvieron una excéntrica solución: alquilaron un yate y lo tuvieron amarrado en el Támesis. Durante todo el rodaje, los dos actores vivieron con sus pekineses en el barco. De esta manera, los perros nunca tuvieron que pisar suelo inglés.
Otra historia curiosa cuenta que aunque a Richard Burton le gustaban también mucho los perros, cuando les llamaba o intentaba darles alguna orden, nunca le hacían caso, todo lo contrario que ocurría con la actriz. Un día, Burton, apareció con pequeño perro que estaba ciego de un ojo, el actor le contó a su mujer que lo había recatado de un refugio. Ese perro nunca hizo caso a la bella actriz pero siempre obedecía a su dueño. Liz Taylor no podía entender lo que estaba haciendo mal. Fue un tiempo después cuando Burton admitió que en realidad había comprado ese perro y estaba completamente entrenado; pero solo obedecía a los comandos en Gales, el lenguaje que el actor hablaba perfectamente y no así su mujer.
